Hace unos días, Jorge nos preguntó si queríamos escribir para esta revista una semblanza que sirviese de introducción a la reseña que ustedes van a encontrar unas páginas más abajo. Para ello, usó una de las palabras que mejor describen su más profunda esencia: pudor. “Me da pudor pedirles esto”, nos dijo, y en su voz y en sus ojos se trasuntaba absolutamente la veracidad de esas palabras.
Nosotros no solo somos sus alumnos; después de tantos años compartidos, somos también sus amigos. Y no debe ser nada fácil pedirle a un amigo que escriba una semblanza de uno mismo. Para su tranquilidad, no dudamos en aceptar la propuesta y aquí estamos, intentando poner en palabras nuestro afecto, admiración y gratitud.
Jorge nació en Ensenada en 1945, en el seno de dos familias de inmigrantes italianos provenientes de los Apeninos. La integración de esas raíces y de su ciudad natal fraguan durante su infancia y su adolescencia algunas de sus mejores cualidades. La pasión con la que va a afrontar cada nuevo desafío, la lealtad a sus ideas y a sus afectos, el aprecio por aquello obtenido con esfuerzo, el sentido de pertenencia, el valor de la palabra empeñada, la honestidad, son valores que se imprimen en él a partir de crecer junto a esas gentes de trabajo, gastando zapatillas en los potreros corriendo detrás de una pelota, sirviendo un refrigerio a los parroquianos en el almacén familiar, viajando bajo la garúa en la caja de un camión en el silencio sombrío del 17 de septiembre de 1955, aquel ominoso día en que un almirante sublevado hizo que un pueblo abandonase su ciudad bajo la amenaza de bombardear la destilería.
Si Ensenada es su primera patria, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) es, sin dudas, su segundo país: ingresa a ella al atravesar las puertas del Colegio Nacional “Rafael Hernández” en 1958 y ya nunca más se irá de allí. Campañas, becas, universidades y conferencias lo llevarán por los cinco continentes, pero la UNLP será el lugar del eterno retorno. “El Nacional” lo introduce en otra dimensión, que complementa y enriquece aquella de su Ensenada natal.
La ciencia, la literatura y el arte ingresan en su vida de la mano de notables profesores. El estudio adquiere allí un nuevo significado y el colegio cataliza sus ganas de saber más. Egresa como bachiller en 1962 y al año siguiente ingresa a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) pensando inicialmente en ser geólogo, pero tempranamente y de la mano de uno de sus mentores, Humberto Fabris, se decide por la botánica. Obtiene su título de Licenciado en 1967 y el de Doctor en Ciencias Naturales en 1968.
En 1965 ingresa a la docencia universitaria como Ayudante Alumno de Fundamentos de Botánica, cargo que mantendrá hasta 1968. Desde entonces desempeña diversos cargos hasta que en 1972 obtiene el de Profesor Adjunto Ordinario de Sistemática de Plantas Vasculares y en 1976 el de Profesor Titular Ordinario en la misma Cátedra, que conserva hasta su renuncia en 2012.
Entre 1975 y 1977 es Profesor Adjunto de Evolución, entre 1979 y 1990 es Profesor Titular de Introducción a la Taxonomía y desde el 2000 hasta su jubilación en 2014 es Profesor Titular Ordinario de Biogeografía.
La extensa labor docente de Jorge se halla jalonada con la creación, a propuesta suya, de la Cátedra de Introducción a la Taxonomía en 1979. La creación de esta asignatura, troncal en todas las orientaciones de la Licenciatura Biología de la FCNyM, constituye un hito fundacional en la enseñanza moderna de la taxonomía en Latinoamérica.
Jorge es un docente dedicado, que une el amor a la enseñanza con un intelecto privilegiado, una memoria prodigiosa y una capacidad única para motivar a sus alumnos. Docente en la segunda mitad del siglo XX y la primera del XXI, donde la educación parece reducirse a deslumbrar a la audiencia con imágenes proyectadas en telones o pantallas, Jorge tiene la rara capacidad de cautivar con la palabra.
Como un juglar medieval, atrapa la atención de la audiencia y la transporta a través del tiempo y del espacio a voluntad, conjugando ideas, preguntas, conceptos, paisajes, historias y emociones. Sin embargo, cautivar con la palabra no implica oponerse a la tecnología. Por el contrario, Jorge apela a ella como recurso didáctico para llegar a los alumnos aún sin estar físicamente presente.
Prueba de ello es su activa participación en la generación de dos programas de computación, uno destinado a enseñar interactivamente selección natural a estudiantes secundarios y universitarios del ciclo básico de países de habla hispana, y otro a enseñar taxonomía y filogenia en los cursos de biología de las escuelas secundarias de los EE.UU.
Ha escrito además cuatro libros, dos de los cuales (“Introducción a la Teoría y Práctica de la Taxonomía Numérica” junto con M.F. López Armengol en 1983 e “Historical Biogeography: An introduction”, conjuntamente con L. Katinas y P. Posadas en 2003) se han convertido en verdaderos clásicos, que han posibilitado a diversas generaciones de biólogos adquirir las bases imprescindibles para aplicar en sus trabajos los métodos y las técnicas de la taxonomía numérica y la biogeografía histórica.
La extensa actividad docente de Jorge no se reduce a la enseñanza de grado, sino que también se traslada al postgrado. Ha dirigido 24 tesis doctorales en universidades argentinas y extranjeras y ha dictado 55 cursos de postgrado en Argentina y en 10 países de América y Europa y ha dirigido 40 becarios de grado, postgrado y postdoctorado, seis de ellos extranjeros. Muchos de estos discípulos son hoy científicos y docentes destacados en universidades, centros e institutos de investigación de nuestro país y el exterior. Jorge supo transmitirles toda su pasión por descubrir, interpretar y difundir nuevos conocimientos en el campo de la taxonomía, la evolución y la biogeografía, su compromiso con la conservación de la biodiversidad y su entusiasmo por la investigación científica, la docencia y la extensión.
Conjuntamente con su actividad docente, Jorge ha desarrollado una extraordinaria carrera científica. Ingresó al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas como becario en 1968 y en 1971 se incorporó a la Carrera del Investigador en ese mismo organismo, alcanzando la máxima categoría (Investigador Superior) en 1999.
Desde su jubilación en 2014, continúa en actividad como investigador contratado ad honorem. Es un reconocido taxónomo, especializado en el estudio de las Asteráceas (o Compuestas) la familia de plantas vasculares con mayor diversidad de especies conocidas, entre las que se incluyen, por ejemplo, la manzanilla, el girasol, la lechuga, la dalia y el crisantemo.
Pero no solo es un reconocido taxónomo, sino que también ha sido partícipe destacado de la evolución de la teoría sistemática, la comprensión y distinción de las principales escuelas clasificatorias, un pionero en la introducción y desarrollo de las técnicas de análisis multivariado y de análisis filogenético en la biología y, desde hace unos 30 años, un destacadísimo biogeógrafo, que ha contribuido sustancialmente a la incorporación de los modernos enfoques teórico-metodológicos en la biogeografía histórica y un precursor de los intentos recientes por alcanzar una síntesis que permita integrar los aspectos ecológicos e históricos en la biogeografía.
En casi medio siglo de ininterrumpida actividad científica, Jorge ha publicado unos 140 artículos científicos en las revistas más prestigiosas del ámbito nacional e internacional y más de 40 resúmenes en reuniones científicas en Argentina y el extranjero. Asimismo, ha dictado 164 conferencias sobre diferentes temas de su especialidad en la Argentina, el resto de las Américas, Europa, Asia y Australia. Y es también un prolífico divulgador científico, que ha publicado 39 artículos en revistas especializadas, periódicos o jornadas y ha brindado numerosas conferencias para audiencias muy diversas, desde educadores a público general.
Regresando al ámbito académico universitario, Jorge ha tenido una destacada función en el fortalecimiento y la creación de grupos de investigación y docencia. A la ya mencionada creación de Introducción a la Taxonomía, se suma su actuación como Jefe de la División Plantas Vasculares de la FCNyM, cargo en el cual se desempeña de manera continua desde 1988. Bajo su jefatura, la División ha incrementado sensiblemente su plantel de investigadores, becarios, pasantes y técnicos, ha incorporado nuevas líneas de investigación (particularmente la sistemática molecular, la filogeografía y la conservación de la biodiversidad) y ha mejorado notablemente las condiciones bajo las cuales se preservan los casi 400.000 ejemplares que conforman su acervo patrimonial.
Asimismo, desde 1988 hasta 2015 se desempeñó como Director del Laboratorio de Sistemática y Biología Evolutiva (LASBE) de la FCNyM. El LASBE se inició a partir de un grupo de jóvenes investigadores provenientes de la botánica, zoología, ecología y paleontología, nucleados en derredor suyo. El grupo se ocupó no solo de sus propios objetos de estudio sino de los abordajes teórico-metodológicos y técnicos propios de cada una de sus disciplinas, explorando de manera inter y transdisciplinaria las vías de iluminación recíproca.
El accionar del LASBE trascendió el ámbito propio de las ciencias naturales, ya que por allí pasaron investigadores de áreas tan disímiles como la astronomía, la música, la literatura, la antropología, la química o la agronomía, interesados en la exploración de los métodos y las técnicas utilizados en la clasificación biológica para aplicarlos en sus propias disciplinas. Jorge impulsó y favoreció esas fecundas interacciones, fomentando la creatividad en un marco de absoluta libertad de pensamiento pero de sólido rigor científico.
Una trayectoria como la aquí reseñada no puede sino verse reflejada además en reconocimientos y distinciones. A nivel nacional ha sido designado en 2001 Académico de Número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria y Académico Titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (cargo este último al que renunciase en 2013) y en 2014 fue designado Profesor Emérito de la FCNyM, a partir de una solicitud que fuera acompañada por la firma de cientos de docentes, investigadores, discípulos, estudiantes y no docentes.
Entre los premios y distinciones nacionales podemos mencionar el Premio Parodi de la Sociedad Argentina de Botánica (1979-1980), el Diploma al Mérito (Botánica) de la Fundación Konex (1993) y el Premio Bernardo Houssay Trayectoria (área Ciencias Biológicas, Ciencias Agrarias y Veterinaria) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (2009). A nivel internacional, podemos señalar las becas de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation (1972) y la Fulbright (1978-1979) y la Medalla Stebbins (2010-2011) de la International Association for Plant Taxonomy.
Para el final dejamos dos premios que sabemos representan mucho para Jorge: el del Rotary Club de Ensenada en reconocimiento a su trayectoria profesional (que le fuese otorgado en 1991 y, por segunda vez, en 2011) y el “Fuerte Barragán” de la Municipalidad de Ensenada (2010). ¿Qué mejor premio puede haber que aquél concedido por quienes te han visto nacer y crecer?