Departamento de Ecología y Ciencias Ambientales, CEBBAD, Universidad Maimónides. Buenos Aires. Argentina
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El 10 de Febrero de 2017 falleció el Dr. Axel Bachmann, con casi 90 años. En este artículo le rendimos homenaje en base a testimonios de 30 de sus discípulos y alumnos durante la década del ´70 y principios de los ´80. El Dr. Bachmann fue uno de los más destacados científicos naturalistas de Argentina, especializado en varias disciplinas, en particular la entomología y la biología de insectos acuáticos. Fue un referente indiscutido, obtuvo numerosas distinciones y reconocimientos, dirigió 64 tesis y publicó 166 trabajos. Asesoró a cientos de estudiantes y graduados, y fue profesor de varios miles de alumnos a lo largo de casi 50 años de carrera. Los testimonios coinciden en resaltar sus valores humanos y profesionales: apasionado, riguroso, exigente, coherente, ético, honesto, desinteresado, infatigable, austero. Las historias ponen en evidencia la intimidad de una persona cálida a pesar de su circunspección. Siempre preocupado por los demás, siempre atento a los pequeños detalles. Las anécdotas personales son imperdibles, nos hacen revivir “tal-cual” la personalidad del “Doc” como si hubiese sido ayer. Describen el clima de época, el modus vivendi del biólogo de campo… y también de laboratorio, la difícil y pendular relación profesor-alumno/a (entre la tensión y la admiración), la vida en los pasillos de la Facultad, y ciertos valores atemporales. Los testimonios también muestran la huella que marcó a varias generaciones. Tuvo una influencia decisiva para reafirmar la vocación científica de varios alumnos en sus primeros años de biología; una función clave que el Profesor Bachmann cumplió holgadamente. En 1979, en plena dictadura militar, avaló la creación y difusión de una revista de estudiantes mientras era director del Departamento de Ciencias Biológicas de la FCEN-UBA. Claramente una decisión política, sin haber sido político ni militante. El Dr. Bachmann obtuvo los premios más importantes: la gratitud de sus discípulos, el reconocimiento de sus alumnos, el respeto de sus colegas. Gracias Maestro … misión cumplida!
Hace 91 años, un lunes 7 de Marzo de 1927, nació Axel Oscar Bachmann en la ciudad de Buenos Aires, hijo de Ernesto y de Delmia Eberle. En 1945 se graduó de bachiller en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en 1953 de químico en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 1978 obtuvo el título de doctor en ciencias biológicas en la misma institución. Ejerció la química algunos años; trabajó en el laboratorio de análisis industriales que dirigía su padre donde tuvo como ayudante a Jorge Bergoglio (Fernández Vivas 2013). Compartían largas charlas de corte religioso y ambos descubrieron que su vocación era otra. Bergoglio siguió el sacerdocio y hoy está radicado en el Vaticano, como Papa Francisco, mientras que Bachmann comenzó a investigar “bichos” y se convirtió en naturalista, zoólogo, entomólogo, taxónomo, morfólogo, científico en sentido amplio … sabía tanto de botánica como de fisiología, comportamiento, ecología o evolución. Tanto que “…los graduados tenían una de dos importantes razones para hacerle leer su tesis: porque es sobre entomología … o porque no es sobre entomología…” (Oliva 2007).
Se especializó en la biología de insectos acuáticos, en particular de los Heteroptera (hemípteros que incluyen al grupo de las chinches de agua). Fue fundador y director durante décadas del Laboratorio de Entomología de la FCEN-UBA (http://www.entomo.com.ar/quienes-somos/ex_integrantes/bachmann/). Referente indiscutido en su especialidad, obtuvo numerosas distinciones y reconocimientos (Fundación Konex 1993; MACN 2013). Se desempeñó como investigador del Instituto Malbrán (1959-1969), del CONICET (1963-2003), y del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Fue director del Departamento de Biología (FCEN-UBA), presidente de la Asociación Argentina de Ciencias Naturales, director de la revista Physis y presidente de la Sociedad Entomológica Argentina. A los 22 años publicó su primer trabajo (sobre fitoquímica) y en 1953 su primera publicación en biología. En total, fue autor de 166 trabajos científicos o tecnológicos (incluyendo libros y capítulos de libros). Dirigió 64 tesis de licenciatura y doctorado, asesoró a cientos de estudiantes y graduados, y fue profesor de varios miles de alumnos a lo largo de casi 50 años de carrera. Responsable de la formación de todas las generaciones que pasaron por sus manos, principalmente en los claustros de la FCEN-UBA donde comenzó como profesor en la década del ´60. En este artículo rendimos homenaje al Dr. Bachmann, en base a testimonios espontáneos (sin guión) de 30 de sus discípulos y alumnos durante la década del ´70 y principios de los ´80 (algunos lo fueron hasta su retiro). La mayor parte de nosotros no somos entomólogos pero todos fuimos “marcados” por su sello. Su impacto en el alumnado fue masivo.
“Escribo sonriendo por que aparecen distintos momentos felices y de los otros relacionados con el Doc … como le decíamos en los últimos 20 años. A veces escribo en plural; pasé mis años en Zoo y no puedo evitar el plural pues todo lo hice con las "chicas de zoo", con las que sigo en contacto. En el ´74, el Dr. Bachmann dictaba casi todas las teóricas. Era un "señor mayor" que hablaba muy rápido, daba miedo por su seriedad y apabullaba con tanta información, por momentos sin conexión pero que luego rearmabas como un rompecabezas. En el ´84 él seguía "igual de mayor". Firmó mi plan de trabajo sobre Bellostoma. Sin saber por dónde empezar lo consulté y me indicó observar los pelos. Fui hasta la lupa, miré un ejemplar y volví despavorida diciendo "son peludas"! Me miró por sobre los anteojos (típico…) y luego sonrió; no sabía si yo lo decía en serio o no. Era en serio. Desde entonces y hasta mi partida de la Facultad en el 2004 el Doc seguía "igual de mayor" mientras yo envejecía 30 años. Compartimos incontables almuerzos y jarros de café en el Lab. 33 del 4º Piso entre risas y cuentos. Tomaba su café casi hirviendo, de un trago y con mucha (pero mucha azúcar!), tanto que le calentábamos la taza y le llamábamos lacre. Si el café era acompañado por cosas dulces o mis tortas mucho mejor. Era goloso y si pasaba un tiempo sin llevar alguna, gentilmente me la reclamaba (ja!). En lo académico, él sabía de mi terror a los exámenes, me persiguió para que diera el final de Nomenclatura Zoológica (me acorraló), el de admisión al doctorado y el de Entomología, me venció en dos de tres. Cuando lo vi por última vez, era un señor mayor, fue en el homenaje realizado por el departamento hace pocos años atrás (2015), valga aclarar que yo estaba jubilada”. María Marta Schang, alumna Zoología-1974 y Nomenclatura-1986. Profesora UCA.
“En el verano de 1974, año por cierto complicado y turbulento para la facultad, cursé Introducción a la Zoología, empezando una semana después del inicio de clases y llegando tarde al primer práctico, que se realizaba en los piletones y la lagunita que había en aquel entonces por los fondos de Ciudad Universitaria. Allí, intentando encontrar a mis compañeros de comisión, me crucé con un señor al que clasifiqué como “ordenanza” por su guardapolvo oscuro y botas, y quien, metido en el charco sostenía lo que para mí en ese momento no era otra cosa más que un caño! … que él sumergía y sacaba con barro del fondo. Me preguntó quién era yo, a que comisión pertenecía y me indicó donde ir. Que señor tan amable! pensé… Después aprendí qué era ese caño y quién era ese señor. Antes que terminara el cuatrimestre, yo ya le había invadido el laboratorio, llevada por mi pasión por los insectos que arrastro desde la infancia. Mi actividad consistía en ir una o dos veces por semana a separar insectos surtidos de las “camas entomológicas” y reunirlos por grupos taxonómicos hasta donde mi conocimiento previo me lo permitía. Con los años, yo pasé al laboratorio de Artrópodos, y cuando cursaba Entomología, durante uno de los fines de semana que pasábamos en el INTA-Delta, en la isla, hice esa pregunta crucial que define el futuro de las personas: Doc! ¿Dónde puedo aprender algo más sobre arañas? El Doc me dijo que tenía que ir al Museo a ver a la única aracnóloga que había en el país y averiguar si ella quería formar a alguien. Por supuesto que no vine (acá, al Museo, donde estoy escribiendo esto), pero… vino él!!! Y me consiguió la entrevista. Y aquí quedé para siempre. Yo íntimamente siempre pensé que el Doc había conseguido la forma de sacar a la “invasora” de su laboratorio, je. Pero después él se vino al Museo, y ahí comenzamos una interminable relación de actividades varias e intensas, con actas, cuentas, circulares, sobres, asambleas, primero en la Comisión Directiva de la Sociedad Entomológica Argentina, y después en la Asociación Argentina de Ciencias Naturales cuando el Doc era el presidente y director de la revista y yo la tesorera y editora responsable de “Physis” y que juntos, en el 2005, le pusimos un punto final, abrumados por el desprecio a nuestras revistas periódicas… En 1996, me invitó a participar en el dictado de su curso “Nomenclatura Zoológica”. El Doc daba la parte teórica y yo hacía los prácticos. Un año, ya no recuerdo cual, al terminar la primera clase de la mañana, subimos a almorzar y cuando terminó de comer su cotidiano sandwich de pan lactal con queso y la banana… me dijo: “Bueno, me voy, tengo cosas que hacer, vuelvo el miércoles, siga usted estos dos días, total ya se sabe el curso de memoria”. Tras haber superado el shock, me di cuenta que me estaba confiando uno de sus cursos más preciados…, a partir de allí lentamente terminó dejándomelo para siempre. Formalmente fue mi profesor en dos materias y en un curso, nunca me dirigió en la actividad científica, pero fue la persona que iba adelante mío trazando el camino que fui siguiendo académica y profesionalmente. Compartimos años y años, horas y horas, bajo el mismo techo en el museo, escuchando anécdotas y aprendiendo cosas. Todo lo que uno necesitara saber, se lo preguntaba al Doc; como dijo Jorge Genise en una de sus semblanzas: “desde el peso molecular de un compuesto químico, hasta el colectivo que teníamos que tomar para ir a algún lado”. Ahora, tendremos que recurrir a internet, pero no va a ser lo mismo…”. Cristina Scioscia, alumna Zoología-1974, Entomología-1977, Nomenclatura-1983. Investigadora MACN, Jefa División Aracnología.
Sigue Cristina (un breve anexo de siete anécdotas … “seleccionadas” entre miles) y a quien “…todo el mundo me asocia con el Doc, y hasta ha habido personas que me han mandado el pésame!…”. “(1) Una vez le regalamos un frasco de mostaza alemana picante, y él dijo que si era alemana debía ser muy buena, agarró una galletita y le puso una cucharada de mostaza, le dijimos que primero la probara porque era muy picante, pero él siguió. Así como empezó a comer la galletita le empezaron a caer los lagrimones y se empezó a poner colorado, pero por no dar el brazo a torcer se la comió toda, y como lo cargábamos, se hizo otra más. Resultado: se pasó el resto del finde sentado en el inodoro de "Entomópolis" (así se llamaba la casa que usábamos en el INTA-Delta). (2) Otra vez en la isla fue derecho a una pared con un rollo de papel en la mano para matar a un mosquito que se había metido a la casa, cuando se acercó, vio que era un macho y dijo: "Ah, es un macho, no pica..." y se dio vuelta, mientras giraba hizo una vuelta completa diciendo "pero procrea!!!" y lo estampó contra la pared. (3) Venía hasta mi bolsa de dormir en el Delta a las seis de la mañana, se sentaba en el piso y me cebaba mates, porque yo era la única del grupo que tomaba "amargos"… (4) En el laboratorio, cuando cursábamos, cebaba mate dulce y nos lo sostenía entre la cara y la lupa para que no sacáramos los ojos de los oculares. (5) Era tereré-adicto, jarro con tereré que veía en la heladera, se lo tomaba, a veces me avisaba... estaba muy rico su tereré … ¿le quedó como para un vasito? ... jeeee... (6) Como yo me atrasaba en rendir el final de Entomología (como todo el mundo! porque teníamos terror de hacer un papelón), un día pasé por el pasillo, me llamó y me ató con una soga a uno de los caños y me dijo: yo ahora voy a una reunión de departamento, pero cuando vuelvo traigo medias lunas y le tomo el final, no se mueva de acá! y volvió con medias lunas y rendí el final sin quererlo tomando chocolate con las lunas y él partiendo nueces del Delta, mitad para él y mitad para mí. (7) Una vez en el museo estábamos buscando un frasco en el droguero y había muchos paquetes de "cola fría" que se usaba para pegar los bichos a la tarjetitas y dijo … “mmmm si es cola fría es de un señor, porque dicen que las señoras tienen las colas calientes. Cuando se dio cuenta lo que me había dicho salió corriendo por el pasillo pidiéndome disculpas por la grosería y estuvo como un mes sin pasar por mi escritorio”… Y anécdotas como éstas … mil más...”.
“En 1971 hice el ingreso a Exactas, un año equivalente a un primer año, riguroso y exigente. Luego cursé Introducción a la Zoología, cuyo titular era el Dr. Bachmann y nos daba las teóricas. Excelentes clases, no tenía dudas de la elección de la carrera, pero al presenciar sus teóricas la convicción se afianzó, nos abría el panorama al mundo de la biología de esos tiempos, de manera casi fascinante, por lo menos para mí. Así fue que luego fui ayudante en su materia. Excelente profesor y científico, me marcó una huella, la que seguí con mucho gusto y convicción. Ahora a la distancia lo recuerdo afectuosamente y agradezco haberlo conocido”. Susana Alonso, alumna Zoología-1972. Investigadora Instituto Universitario Hospital Italiano.
“Por medio de este breve mensaje quiero dedicar un sentido homenaje al Dr. Axel Bachmann, tanto en mi nombre como de Susana Pedraza, quién falleció en 2016. Con Axel cursamos Zoología en 1973 y más tarde, para el doctorado, Nomenclatura Zoológica y Entomología en el caso de Susana. Salir con Axel al campo era una experiencia inolvidable. La primera vez fue en el INTA, en Otamendi, donde pasamos tres días recorriendo la isla con todos sus ambientes, que Axel conocía a la perfección. El querido Doctor Bachmann fue para nosotros dos mucho más que un mentor y un director de plan de estudios. Fue uno de los mejores profesores que tuvimos a lo largo de nuestra carrera, pero además fue un consejero y un amigo en tiempos muy difíciles para nosotros tanto desde el punto de vista familiar como para nuestro país. Axel siempre será recordado con mucho cariño y respeto. Susana estaría muy complacida de aportar en esta breve pero emotiva reseña”. Enrique Crespo, alumno Zoología-1973, Nomenclatura-1982. Investigador CONICET - Profesor Univ. Nac. de la Patagonia, Puerto Madryn.
“El fallecimiento del Dr. Bachmann me dio mucha tristeza. Tuve el honor de tenerlo como profesor de Zoología. Aquella materia, bajo su conducción, me ratificó la temprana motivación que tenía por la zoología. Recuerdo las teóricas multitudinarias con una fila de grabadores a sus pies, porque eran imperdibles!!! Más tarde, cursé Nomenclatura Zoológica y un cursillo sobre comportamiento animal, con él siempre atento, dispuesto y generoso con sus alumnos. Con esas mismas cualidades estaba cada vez que se le hacía una consulta sobre material o se lo necesitaba para algo. Para mí fue uno de los profesores que más marcó mi formación y carrera docente posterior, un ejemplo en muchos aspectos; lo recuerdo con mucho afecto y respeto”. Carmen Úbeda, alumna Zoología-1974 y Nomenclatura-1978. Profesora Univ. Nac. del Comahue, Bariloche (retirada).
“Dr. Bachman, ¿corregiría mi tesis, por favor? … Por supuesto, cómo quiere que se la corrija? A fondo? … Sí, por favor ...... (pasan los días) ......... Rosa, me debe un lápiz de 1 metro (…), son cosas formales, si no quiere no las corrija ….. ¿Cómo no corregir Doctor? … Recuerdo una de las anotaciones marginales en una discusión sobre cierta filogenia: ¿Rosa, se decide o no se decide? … Ese era Bachman, el que nos dedicaba un tiempo que no nos dábamos ni nosotros mismos! … En la cursada de Zoología, hora de almuerzo, nos aparecimos con un "bicho raro" que encontramos en el pasto de Exactas. Por supuesto Bachmann dejó el almuerzo a medias, fue a su pequeño laboratorio y nos mostró todo lo relativo al “alien” encontrado... Ni más ni menos que un grillo topo... Para mí un profesor ejemplar y una persona inolvidable.” Rosa Bacardit, alumna Zoología-1975. Asesora en nutrición animal.
".. Vaya un abrazo a sus familiares de uno de sus alumnos. Y otro para los compañeros”. Daniel Lauría, alumno Zoología-1975. Director de Neolectum, Alicante, España..
“El profesor Dr. Axel Bachmann, el hombre del arroyo (como solía recordarnos en sus clases de Introducción a la Zoología), se apasionaba con sus clases. Recuerdo que por aquellas épocas nos contó que había descubierto una nueva especie de mosquito en El Tigre (¡cuántas nuevas especies de insectos habrá descripto!). Luego de recibirme en 1980, seguí yendo a la facultad como docente hasta 1993 y era frecuente que nos cruzáramos en algún ascensor, pero quedé asombrada cuando lo vi entrar al Pabellón II en 2015. Después de casi 40 años continuaba trabajando. Sin dudas su vocación era enorme. Lo recordaré siempre con mucho cariño”. Inés Barañao, alumna Zoología-1976. Investigadora CONICET - Profesora Univ. Maimónides.
“Disfruté mucho de sus clases teóricas. Creo que esas clases, de una u otra manera, nos han marcado a todos”. Gustavo Somoza, alumno Zoología-1976. Investigador CONICET - Profesor UNSAM.
“Sin dudas nos marcó a todos los que estudiamos biología en la FCEN de la UBA. Un biólogo prototípico. Lo escuché en unas clases en introducción a la zoología y nos abrió la cabeza al método científico y a la teoría de la evolución que vertebra (jaja) y cobija bajo su manto toda la ciencia de la biología. Una pérdida de un biólogo que se va y que, en su viaje, paradójicamente, nos trae todos los recuerdos de nuestro asombro a estrenar…”. Esteban Corley, alumno Zoología-1977. Director de mAbxience Argentina.
“La última vez que vi al Dr. Bachmann fue en el subte de la línea D, hace unos pocos años. No me acerqué a saludarlo, pues supuse que no se acordaría de mí después de alrededor de 35 años de haber sido su alumno, entre los muchos que cursábamos Zoología en Exactas en los primeros pasos de nuestra carrera. Fue inconfundible para mí entre los pasajeros; no sólo por lo particular de su rostro (que transmitía seriedad y autoridad); tampoco por estar casi igual a pesar de haber transcurrido tantos años. Era inconfundible porque había sido único entre los profesores que me acompañaron como estudiante de Biología. Mi primer encuentro en la Facultad con una materia típicamente biológica fue con Zoología, y recuerdo con claridad el placer que me embargaba al asistir a sus clases, y cómo esperaba que él fuera el docente en cada uno de los teóricos. Conservo la imagen de una clase en un aula del subsuelo, repleta de alumnos, con Bachmann adelante relatando con maestría la explicación científica de por qué un hornero, incansablemente, construía su casa de barro sobre otra ya construida, y así sin parar, haciendo lo que parecía un edificio. A mí me sonaba revelador, fascinante, la apertura al conocimiento de un mundo nuevo y desconocido, una iluminación, que él compartía generosamente con nosotros. Quizá fue la suma de estas pequeñas muestras apasionadas por transmitir el conocimiento y la verdad, tanto del Dr. Bachmann como de otros docentes extraordinarios que tuve, la que plantó en mí el deseo de intentar hacer yo lo mismo por mis alumnos. No sé si soy buen discípulo; si sé quién fue un gran maestro”. Ricardo Dorr, alumno Zoología-1977. Profesional CONICET - Profesor Univ. Favaloro.
“Se fue Bachmann. Preferiría no sólo recordarlo como gran comunicador, mejor docente, y excelente tipo. Me limito a rendirle humilde homenaje destacando algunas anécdotas que la mayoría no conoce y unos pocos seguramente olvidaron. La primera, los parciales de zoo se corregían en grupo y las preguntas se repartían entre Bachmann, Esnal y los JTP de los distintos turnos. Axel corregía con lápiz, los demás, con birome. La segunda, la vez que Esnal entró e “interrumpió” la teórica para informarle que se había presentado la madre de una alumna para hablar con él acerca del parcial. Recuerdo la cara, entre sorprendida y disgustada, con la que Bachmann reanudó la teórica, y el mascullar a media voz que nunca le había pasado algo semejante durante su vida académica. La tercera y última, cuando fui a pedirle rendir el parcial en otra fecha. En esa época trabajaba haciendo coros para distintas producciones musicales y justo me había salido una grabación importante para el día del parcial. Bachmann se mostró muy interesado en mi oficio y me preguntó si me pagaban bien. Cuando le dije lo que cobraría me recomendó abandonar la biología. Accedió a cambio de que le cantara algo. Tenía su sentido del humor”. Niké Vázquez, alumna Zoología-1977. Coordinadora Dpto. de Ciencias - Profesora Cambridge IGCSE y AS Biology.
"Creo que para todos más que un docente, fue un ejemplo”. Carlos Guerrero, alumno Zoología-1977. Consultor independiente.
"El Dr Axel Bachmann fue el primer profesor de la carrera y que tomé como referente de lo que debe ser un docente e investigador. Una mezcla de Darwin y Leloir en mi memoria de aquellos tiempos! Y fue a quien elegí para que me entregara el título de fin de carrera. Los mejores recuerdos!”. Virginia Vera, alumna Zoología-1977 y Nomenclatura-1982. Profesora Instituto Universitario Hospital Italiano.
“Mientras vino a trabajar al Museo lo veía regularmente y alguna vez viajamos juntos en el 55 hacia Barrancas de Belgrano. Por supuesto, que como todos, lo consultaba cuando surgían preguntas que nadie podía responder, problemas de nomenclatura o algún insecto raro que aparecía, seguro de tener siempre una respuesta clara y amable. Eso era Bachmann para nosotros cuando éramos jóvenes: nuestro Google!!! Humano”. Alejandro Tablado, alumno Zoología-1977. Curador de la Colección Nacional de Invertebrados MACN-CONICET.
“Era una salida a campo en Zoología (estábamos en 2º año) y él, vestido como un explorador, se acercaba a una de esas plantas que retienen agua entre sus hojas y el tallo, y comenzaba a hablar sobre el complejo ecosistema que había en ese pequeño lugar. Mientras hablaba, anticipaba lo que debíamos encontrar, y el porqué de su presencia; luego sacaba el “bicho” (como si lo hubiera tenido oculto en la manga) y nos mostraba que cumplía con las características previstas. Esa magia me quedó grabada y recuerdo que una compañera decía que los había puesto la noche anterior, no podía tener tanta precisión. Con los años, me di cuenta que ese momento había sido mi primer contacto cercano con la verdadera Ciencia. La segunda fue su intervención, como titular de la materia, en el primer parcial de Zoología. Me habían desaprobado porque había contestado casi todas las preguntas intercalando chistes o haciendo analogías jocosas sobre ciertos “procesos serios” como la transmisión del impulso nervioso (ojo, año 1977); creo que al mediador sináptico lo asesinaba una molécula que ya no me acuerdo. Él me llamó, nos sentamos en un escritorio y con el examen en mano me dijo algo así como: “mire Camina, yo le pongo el puntaje que se merece, se tomó el trabajo de contestar las preguntas con humor y, en la mayoría de los casos, con razonable éxito; lo que me preocupa es saber si usted seguirá haciéndolo cuando se encuentre con cátedras que no van a tolerar este comportamiento”. En ese momento le aseguré que sí ... no se por qué, noté una pequeña sonrisa burlona ante mi rotunda afirmación. Años después tuve que recursar una materia por “utilizar lenguaje impropio para la Ciencia”; la aprobé cuando dejé de hacer chistes en los exámenes... me acordé del Dr. Bachmann y sentí que lo estaba traicionando. No le disgustaba que fuéramos “revoltosos” o que cuestionáramos reglas; eso sí, teníamos que ser coherentes y fundamentar lo que pedíamos. Como Director del Departamento de Biología nos escuchó a... como decirlo... ese grupo de alumnos molestos (no éramos pocos… incluyendo a varios compañeros citados en este artículo, je!) que solicitábamos cambios en un momento donde no se podía tener actividad estudiantil organizada (gobierno militar). Siempre hay pilares que han contribuido a nuestra “formación” profesional y humana. El Dr. Bachmann es para mí uno de ellos; espero no haberlo defraudado”. Ricardo Camina, alumno Zoología-1977. Profesor Univ. Nac. del Sur, Bahía Blanca.
“Dado que viajaba desde bastante lejos, no asistía a los teóricos de Zoología, que no eran obligatorios; de manera que conocí al Dr. Bachmann a través del ejercicio que nos proponían de identificar taxonómicamente a un organismo proporcionado por la cátedra. Nos tocó un insecto acuático y en la búsqueda de bibliografía nos derivaron lógicamente a él. Yo no lo conocía y, claro, no sabía que ésa era su especialidad. La primera impresión fue algo ominosa para mí; su porte, sus pobladas cejas y su seriedad me dieron la impresión de severidad; sin embargo, muy pronto descubrí a un tipo sabio y amable, un maestro y un apasionado de la biología. Nos guio con sugerencias simples hasta que pudimos observar los caracteres sistemáticos del bichejo. Cuando finalmente estuvimos convencidos de haber llegado a clasificar el insecto correctamente fuimos a buscar su confirmación. Se trataba, según nosotros, de un coleóptero Dytiscidae del género Rhantus. Nos había dado varias semanas de arduo trabajo. Cuando se lo llevamos, colocó el ejemplar en la lupa, lo miró mientras lo movía brevemente con una aguja enmangada. Fueron unos segundos que para nosotros duraron meses. Luego levantó la vista y sentenció "Sí, es Rhantus", nos devolvió el bichito y nos dio los buenos días. Nos fuimos con la sensación ambigua de haber visitado a una especie de dios del Olimpo y, al mismo tiempo, a un lugareño de alguna tranquila campiña europea. Retuve siempre esa imagen de Don Axel Bachmann: una mezcla de profunda sabiduría, seriedad y sencillez. Fue un gran maestro realmente”. Fernando Momo, alumno Zoología-1977. Investigador-Docente Univ. Nac. Gral. Sarmiento, Los Polvorines.
“El Dr. Bachmann fue un excelente profesor y una muy buena persona. No es fácil encontrar un tipo que reúna ambas condiciones. Un apasionado de la biología y un gran formador de profesionales. Un tipo duro sin concesiones y sin necesidad de agradar a nadie. Un hombre de enorme generosidad para con los que alguna vez nos acercamos en busca de ayuda y orientación profesional. La verdad es que el Doctor fue para mí una voz orientadora y muy gratificante todas las veces que lo trate. Su partida deja un bache grande ...”. Luis Cavanna, alumno Zoología-1977. Consultor ambiental, presidente de Ecotécnica América Latina S.A.
“Dr. Bachmann, apasionado por la biología, por enseñar y compartir sus conocimientos. Sin condiciones, con convicción y generosidad infinita. GRACIAS!!!!” Pompi Caputo, alumna Zoología-1977. Profesional independiente.
".. Nuestros Maestros ya se nos van. Es la ley de la vida, pero aun así nos da tristeza. Tuvimos la suerte de haberlos tenido y en muchos casos tenerlos, aún hoy, de ejemplo. Plenamente agradecidos a su capacidad de enseñarnos, de compartir tan bondadosamente sus experiencias que nos marcaron”. Marta Vilensky, alumna de Zoología 1977. Investigadora Instituto Roffo-UBA – Profesora Univ. Maimónides.
“Nuestro inicio de carrera no hubiera sido igual sin sus clases deslumbrantes”. Pedro Laterra, alumno Zoología-1978. Investigador CONICET en Fundación Bariloche.
“En mi carrera tuve la suerte de tener dos grandes maestros que me formaron, tanto científica, como humanamente: Josué Núñez y Axel Bachmann. Axel era rico en anécdotas, datos curiosos y tenía una memoria prodigiosa. Cuando se le consultaba sobre algo, no siempre tenía la respuesta exacta, pero siempre daba la pista de algo que había leído o escuchado y que ayudaba a encontrar la información. Guardo en mi recuerdo dos historias que me marcaron particularmente. La primera es la historia que nos contara en una teórica de Introducción a la Zoología sobre la descripción bien diferente que nos darían un perro y su dueño de su paseo juntos por un parque, la que todavía repito a mis alumnos y en charlas 40 años más tarde, y me siento particularmente orgulloso de citar la fuente. La otra tiene que ver con el entusiasmo con que participaba en los jurados de seminarios y tesis de nuestro grupo en la FCEN. Una vez terminó su intervención diciendo “cada uno de estos trabajos es un ladrillo con el que está construyendo una pared muy sólida”; ese fue el mejor elogio que he recibido en mi carrera”. Claudio Lazzari, alumno Zoología-1978. Profesor Universidad de Tours, Francia – Profesor honorario UBA.
“El Dr. Bachmann es el profesor de la facultad que recuerdo con mayor admiración y cariño. Sus enseñanzas, tanto académicas como humanas marcaron mi vida profesional. Fue el profesor al que acudía a pedirle consejos y a consultarle mis dudas. Elegí cursar entomología para poder compartir con él todo un cuatrimestre, en el que aprendí mucho más que sobre insectos. Recuerdo mi emoción cuando me dijo “la felicito Licenciada” al marcarme que había finalizado el último examen de mi carrera que, a pesar de mis nervios iniciales, ni me di cuenta que lo estaba rindiendo. Pasados los años, cada vez que volvía a Buenos Aires y pasaba por la facultad, lo visitaba. Años después, cuando tuve que defender mi tesis doctoral, le avisé a algunos compañeros para que fueran a verme. Quedé sorprendida cuando vi al Dr. entre los asistentes. Sentí alegría y vergüenza al mismo tiempo, porque me había olvidado de avisarle. Después, me contó una de mis compañeras que trabajaba en el Museo con él, que le había comentado que iba a la facultad a ver mi defensa. Entonces, el Dr. Bachmann le dijo que quería ir también a verme. Luego que finalizara la defensa y que el jurado diera por aprobada mi tesis, el Dr. Bachmann solicitó la palabra. Lo recuerdo de pie, elogiando mi trabajo y manifestando la importancia del mismo. En ese momento, sentí que fueron más importante sus palabras y su reconocimiento, que el hecho de que ya era Doctora. Siento que fue un privilegio haberlo conocido y haber podido compartir horas de estudio y reflexión. Lo tendré siempre presente. Muchas gracias Dr. Bachmann”. Silvana Montanelli, alumna de Zoología-1979 y Entomología-1983. Directora de Fauna y Flora, Gobierno del Chubut (retirada).
“Excelente profesor. Recuerdo su aspecto formal y serio, precedido por su prestigio, que inspiraba profundo respeto a quienes recién empezábamos a recorrer los caminos de la Biología. Sus clases resultaban atractivas para nuestras mentes dispuestas a escucharlo. Sinceramente, integra el grupo de docentes que me formó y que uno se enorgullece de mencionar cuando habla de ellos. Mis sinceros respetos a su familia. …”. Héctor Regidor, alumno Zoología-1980. Director de Pacha Consultora – Profesor Univ. Nac. de Salta.
“Qué triste noticia. Siempre dispuesto a atendernos con nuestras dudas, siempre actualizado, apasionado, estudioso. Todos los que tuvimos la suerte de conocerlo, ganamos algo. El viejo profesor estaba hecho de otra madera, de la que hoy hay muy poca. Seguramente existen miles de anécdotas y ésta a la que voy a referir es una más, pero que sirve para entender su grandeza. A principios de los años 2000 comencé a colaborar con un grupo alemán y en una de esas idas y vueltas entre Alemania y Argentina, un colega, especialista en sistemática de crustáceos que estaba visitándome en mi laboratorio me comentó, preocupado (y un poco enojado), que había enviado a publicar la descripción de una nueva especie encontrada en la Antártida y que le habían señalado que el epíteto genérico asignado era incorrecto. El problema consistía en que mi visitante no podía entender su error y el revisor del trabajo no le había dado mayores detalles. Le propuse consultar al Dr. Bachmann, y allí fuimos. Lo encontramos en su minúscula oficina, sumergido en un mar de libros y revistas, alzando sus frondosas cejas como dándonos pie para que le explicáramos nuestro problema. No hizo falta mucho para que sopesara la situación y luego de 10 segundos se develó el misterio: el género asignado a la nueva especie (también se trataba de un nuevo género) tenía una raíz griega antigua “Noto” (que refiere a “Sur”) que no era coherente con el epíteto específico. Una sutileza sólo al alcance de los especialistas, pero que marcaba un error que había que solucionar. Adicionalmente, recibimos una amable y extensa clase de nomenclatura zoológica, con sus respectivos pasajes en alemán cuando mi colega, que hablaba un rudimentario español, se perdía en la nube de información. Cuando nos estábamos por ir el Profesor nos hizo un último comentario, “es curioso, le estamos dando un nombre referido a su distribución en el hemisferio sur a este animal, aunque Noto era el dios del viento del sur para los griegos, el equivalente romano de Austro, el viento que hoy conocemos como Siroco, un viento caliente proveniente del Sahara, muy lejos de las condiciones de la Antártida, donde vive este organismo”. Aprendimos muchas cosas esa mañana, que no debíamos confundir Noto con Notum que refiere a la parte dorsal de un organismo, que nombrar una nueva especie sigue reglas estrictas y que los verdaderos maestros son los que van más allá de las aulas y de su ciencia y nos dejan una marca indeleble para siempre”. Javier Calcagno, alumno Zoología-1983. Investigador CONICET – Profesor Univ. Maimónides.
"Tuve la suerte y oportunidad de asistir, en 2015, al acto de reconocimiento que el Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental le hizo a Bachmann. Hablaron varios de sus discípulos y estuvo muy bien. Daniel Salomone mandó una carta hermosa desde Iguazú. Así es como prefiero recordarlo (y con su pelambre peinada a la gomina) ... ". David Bilenca, alumno Zoología-1983. Investigador CONICET - Profesor FCEN-UBA.
“Una gran tristeza … el fue profesor mío de Zoología pero de sólo algunas teóricas! … Ya estaba Graciela Esnal cuando la cursé. Pero sé que era una gran persona y un fenómeno de profesor”. Esteban Frere, alumno cursada 1984. Investigador CONICET - Profesor Univ. Nac. de la Patagonia Austral, Caleta Olivia.
“En 1979, y a su manera, apoyó la difusión de Doble Hélice en la UBA-FCEN, durante las muy difíciles épocas de la dictadura ... cuando lo más sencillo era desentenderse. En lo personal, fue una decisión que jamás olvidaré y siempre agradeceré. Nos protegió!” Este párrafo fue incluido en el email que envié a varios compañeros el 10 de Febrero de 2017, a las 23:49, el día que falleció el Dr. Bachmann. Resumo una historia que pocos conocen y por la cual tuve mi principal interacción con él. A principios de 1979, y motivados principalmente por la desinformación y el desconocimiento del campo laboral del biólogo, decidimos generar una revista de estudiantes que nos permitiera “salir al mundo” (en esas épocas el “mundo” era el 4º Piso o el Pabellón II o a lo sumo la FCEN-UBA), entrevistar profesionales e informar a los compañeros. Así fue como le expliqué la idea al Dr. Bachmann, director del Dpto. de Ciencias Biológicas en ese momento, ya que pensábamos que la revista debía circular libremente en el ámbito de la Facultad. Me dijo que le parecía una buena iniciativa, que estaba de acuerdo. Luego de consultar a las autoridades de la FCEN me da la buena noticia: estaba autorizado con la condición que un profesor supervisara los contenidos. Dicho profe, designado por Bachmann, fue el “Flaco” (Juan Carlos) Giacchi, a cargo de Artrópodos, materia obligatoria de la orientación Zoología. Bachmann, además, se interesaba por lo que publicábamos. Nunca tuvimos censura. Sin embargo, y pasados los primeros números, me da la mala noticia: que las autoridades ya no veían con buenos ojos la revista y no podíamos distribuirla en la FCEN. Me dio la sensación que no estaba contento con la decisión. De alguna manera no le molestaban los alumnos digamos… en términos actuales “proactivos”; incluso lo contrario, le gustaban porque percibía que detrás de la “proactividad” había inquietudes y planteos, el motor del progreso, de la ciencia. Lo contrario de lo que se estimulaba en aquellas épocas oscuras. Por más que la revista no tuvo fines políticos en sentido estricto, fue un hecho de política universitaria, indudablemente. Bachmann no hablaba de política, y yo nunca hablé de política con él. Me hubiera gustado haberlo hecho y agradecerle nuevamente. Sin su aval, Doble Hélice muy probablemente nunca hubiera existido!
Incluyo en esta Sección el testimonio de la PEF (cómo llamábamos todos a Patricia Fernández, cuyo segundo nombre es Eliana), relacionado con la influencia que Bachmann tuvo en Doble Hélice. “Gustavo me contó que había fallecido el titular de Zoología Axel Bachmann. No sabía (o no me acordaba) que, en plena dictadura (1979), nos había apoyado en la loca aventura de la revista (ocurrencia de mi querido Negro al que acompañé como fiel amiga). Este dato me impactó y me hizo reflexionar acerca de cómo fue "nuestra relación profe/alumna". Cursé Zoología en el inicio del golpe militar. Desde el principio tuve algunas discusiones con él porque lo percibía meritocrático y elitista. Me enojé mucho cuando supe de las notas del primer examen porque había diferencia a favor de los que cursábamos a la tarde con relación a nuestros compañeros nocturnos. No me pareció "normal" y le pregunté a qué se debía. Me dijo "Natural porque no se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo". Me mordí de rabia los labios porque él creía que yo no trabajaba y me tenía como una de sus mejores alumnas. Evidentemente yo era una “traga” pero me sentía favorecida injustamente. Me callé, me dio miedo y me guardé para después de que me pusieran la nota final en la libreta. En ese entonces, un día interrumpí en su laboratorio y se lo dije: “Profe yo trabajo en un estudio jurídico de che-piba y a la vez soy una buena alumna, se da cuenta que es prejuicioso”. Me miró sorprendido (porque imponía un poco de miedo) y con ternura me dijo... "bueno … hay excepciones...", y se rio. Es cierto que era muy exigente, daba muy buenas clases y amaba su profesión ... eso se notaba. Una vez salimos a recolectar arañas. Yo era una cagona y además los bichos no me gustaban (estaba obligada a cursar Zoo…). Andaba escapándome de la mirada del profe mientras otros compañeros me recolectaban la muestra. No sé cómo se dio cuenta (…) y me interpeló. Yo le dije que iba a seguir orientación botánica, que me interesa la genética y que me daban miedo las arañas. Me miró y me explicó cómo diferenciar las arañas venenosas de las que no lo eran, rasgó una corteza del árbol y me dijo "ve, no son venenosas". Luego me dio la orden "Cierre los ojos y extienda el brazo" y me puso una araña sobre la piel. Al principio sentí pavura pero me relajé... y disfruté. Entonces, me dijo "abra los ojos y vea que no hacen daño". Así hice y entonces le perdí el miedo y me puse a recolectar arañas. Luego andaba con el frasco mostrándolo como trofeo en todas partes. Evidentemente fue un muy buen profe. A pesar de que lo peleaba, él me quería y se preocupaba de mí (no era tan elitista…). La última anécdota que me impresionó (positivamente) fue el día del tercero y último parcial (yo ya tenía con las buenas notas de los dos primeros el promedio para aprobar y dar el final). Resulta que días atrás para hacerlo enojar, porque no le perdonaba su pensamiento de incompatibilidad entre "trabajar y estudiar", corrí la bola de que no me iba a presentar al parcial. Obvio que… insisto… era muy traga… y no lo hice... pero resulta que por un quilombo en Aeroparque (entre Fuerza Aérea y Ejército) el 107 me dejó varada y tuve que atravesar un largo trecho caminando para llegar al Pabellón 2. Viendo que no llegaba, y habiendo escuchado los comentarios, Bachmann preocupado llamó por teléfono a mi mamá (..!) para verificar la versión. En eso llego, y mis compañeros me cuentan lo sucedido. Baja (su laboratorio estaba en el 4to), me mira tranquilo, me dice que ya avisó a mis padres que había llegado, y empezó el examen. Ahí me sorprendió y me provocó ternura. Creo que con la distancia y sabiendo ahora lo que hizo a favor de Doble Hélice y la paciencia que me tuvo, reconozco que mi recuerdo es con cariño (me acordé de un peliculón "al maestro con cariño")”. PEF, alumna de Zoología-1976. Asesora – Congreso de la Nación Argentina.
Retomando mi testimonio, y considerando el de la PEF, algunos de nosotros pensábamos que todos los profesores durante la dictadura eran “pro-milicos” y “fachos”. Sin embargo, cometimos el error de tipo “I” confundiendo autoridad con autoritarismo. Así como tampoco todos los profesores que se incorporaron a partir de Diciembre de 1983 eran (o son) republicanos y demócratas (en este caso cometimos el error de tipo “II”). Un profesor como Bachmann, serio, riguroso, exigente, de trato ceñudo (literal), era “fácilmente” confundido en los ´70 con el autoritarismo imperante. Como dan prueba los testimonios presentados en este artículo, Bachmann fue, ante todo, una excelente persona.
El 11 de Febrero de 2017, a las 10:32, François Kaisin, respondió al email que la noche anterior había enviado a varios compañeros informando lugar y hora del entierro del Dr. Bachmann (fue ese sábado 11 a esa misma hora en el Cementerio Alemán). “… Muchas gracias Negro por compartirnos esta triste información. Yo también me sentí muy cercano a este gran hombre y profesor. Por su sutil equilibrio entre el saber, el rigor, y la generosidad. Siempre tenía él dos oídos para escucharte, ojos para hacerte sentir apreciado y una boca para aconsejarte, hasta para decirte "esto no lo sé". Permitime traer una pequeña historia con él que jamás olvidaré. Le debo a Axel mis primeros pasos en la limnología. Al punto que, ambos trabajando en el Museo e Instituto Bernardino Rivadavia, yo le había rogado que me dirigiera (apenas recibido en el ´80) en una investigación sobre la dinámica de poblaciones del exitoso caracol Ampullaria en el lago de Regatas (ese que pone los huevos rosados en todas partes) frente a la planta de Obras Sanitarias (hoy AySA). Primero aceptó, me dio algunos consejos, y luego tuvo la honestidad de decirme que si bien le apasionaba la taxonomía de moluscos, francamente no se sentía capaz de acompañarme en esa área de la ecología acuática. Triste, suspendí esa investigación, convencido que detrás de la puerta que se cerraba con ese lago, se abriría una aún más apasionante. Dos años más tarde vino para mi primer casamiento. Una quincena de años más tarde (1995-1999), cuando me tocó restaurar el lago de Regatas (http://parquetresdefebrero.blogspot.fr/p/pag-a.html) fui a verlo, con un abrazo y le dije que ese proyecto y los que siguieron (Rosedal, Costanera Norte...), me honraba dedicárselos al bienestar de los porteños amantes de espacios verdes y a quien fuera mi primer mentor, "Usted, querido Doctor Axel !!! … Por favor, si tenés la oportunidad de ir a su entierro, dale de mi parte, mi cariñoso saludo desde el otro lado del Atlántico. Todos nosotros llevamos algo de él adentro! Estoy pensando, por ejemplo, en algo relacionado al espíritu analítico y crítico ...!”. François Kaisin, estudiante Zoología- 1977. CEO de Morena Couching International, sede Francia.
“Se nos fue un Maestro único, uno de los mejores profesores que tuve, comprometido con la rigurosidad y la formación de alumnos y discípulos, sin "show" ni conveniencias, puro y duro. Visto a la distancia, de ésos que hoy cuesta encontrar”. Este es otro párrafo del email que envié el 10 de Febrero de 2017, luego que recibiera un “whatsapp” de Lía Bachmann, su sobrina, informando la triste noticia. No fui su discípulo, ni su tesista. Y fui su alumno ocasional porque asistí a pocas teóricas (yo también trabajaba y estudiaba). Tampoco tengo anécdotas ni recuerdos especiales durante los casi 20 años que compartimos el claustro docente o nos cruzábamos por los pasillos del 4to piso de la FCEN. Pero “algo” me hizo recordarlo intensamente a fines del 2016. Y le pregunté a Lía si podría visitarlo. Llegué tarde. El email desencadenó una serie de testimonios que motivó al “algo”, y así la idea del homenaje fue tomando forma. Luego de 40 años descubro que yo también soy otro biólogo “made-in-Bachmann”, que también fui moldeado por sus principios.
Las expresiones de sus alumnos reafirman lo ya reafirmado y reflejan a una persona íntegra, con valores definidos y consistentes a lo largo de su vida, muy afectuosa, solidaria e interesada por los demás. El Dr. Axel Bachmannn fue uno de los mejores científicos naturalistas de nuestro país. Y quizás no seamos aún conscientes de su real dimensión, de su impacto en la comunidad científica. En la época actual, en la que la taxonomía y la investigación empírica (me refiero “de campo”, clásica, observacional) tienen poco consenso, escaso atractivo para los jóvenes (que se forman cada vez más alejados de la naturaleza), e incluso son desacreditadas por algunos colegas y por decisores de políticas científicas, los aportes del Dr. Bachmann brillan con una luz distintiva a la de varias estrellas de la constelación académica.
En mi nombre, en el de los 29 alumnos y discípulos aquí mencionados, y me atrevo a decir en el nombre de la mayor parte de quienes lo tuvieron como profesor, director, colega, … deseo expresar el mensaje final …
…“Gracias Maestro: misión cumplida! QEPD”.A la FCEN-UBA en cuyo ámbito conocimos al “Doc” y se desarrolló buena parte de esta historia. A la familia Bachmann, en particular a su hijo Gerald y a su sobrina Lía, por alentar la elaboración de este homenaje y facilitarnos fotos y detalles de su vida personal. A Graciela Esnal, otra gran profesora, por sus aportes para completar e ilustrar esta compilación. A todos los compañeros que contribuyeron con sus testimonios y apoyos a este homenaje. Incluso los que no figuran o no fueron contactados… de una manera u otra están aquí presentes. Sin ellos, no se podría haber generado este artículo que, de hecho, es una construcción colectiva… escrita con intensidad, alegría, gratitud, respeto y… por supuesto… lágrimas!
Fernández Vivas, L. 2013. El pasado de Francisco: testimonios exclusivos. http://www.24con.com/nota/82678-el-pasado-de-francisco-testimonios-exclusivos/
Fundación Konex. 1993. Premio Konex de Platino 1993: Zoología http://www.fundacionkonex.org/b1932-axel-o-bachmann.
MACN (Museo Argentino de Ciencias Naturales). 2013. Homenaje al Dr. Axel Bachmann. http://www.macn.secyt.gov.ar/eventos/2013/06/eventop-06-03.php
Oliva, A. 2007. Dr. Axel O. Bachmann. Revista de la Sociedad Entomológica Argentina 66 (3-4): 3-6.