“Soy Horacio Augusto Osuna, soy del 32, otra época. Formado por la escuela pública obligatoria y laica para ciudadanos libres”. Así comenzaba una charla con Horacio el 29 de octubre de 2019. Mostraba en pocas palabras sus convicciones, idealismo y compromiso. Así fue toda su vida. Militante del progreso argentino.
A los 16 años conoció a Elvira, su compañera de vida. “Nos casamos cuando tenía 24 años con mi actual esposa, única de toda la vida”.
Al concluir la conscripción entró a trabajar en Ducilo, allí fue delegado de paritarias. Durante las huelgas en tiempo de Frondizi, siendo empleado jerárquico, se puso del lado de los obreros y lo echaron. Pasó por un par de conchabos más hasta que un compañero le dijo que estaban buscando gente en CNEA, para metalurgia, y allí fue hacia su destino definitivo.
Al principio ad honorem, con Jorge Coll, en el grupo de Sábato. En aquella época Sábato impulsaba mucho el entrenamiento de su gente en el exterior. Horacio se fue becado en 1964 a EE. UU., al laboratorio de plutonio de Argonne (¡en aquella época los americanos permitían que un extranjero aprendiera a trabajar con plutonio!). A la vuelta Horacio comenzó con la famosa “facilidad alfa” junto con Carlos Araoz y ayudó a éste a fabricar la nueva generación de elementos combustibles para el RA1.
Cuando Varotto volvió de Stanford y comenzó con el depto. de Física Aplicada en Bariloche uno de los primeros contratos de ese departamento fue con Osuna, intermediado en cierto modo por Eduardo Santos. En 1976 se crea INVAP. A principio de 1978 Eduardo le envía una carta a Horacio donde le expone la idea de enriquecer uranio en Argentina. Hacia mediados de ese año se inicia el proyecto y Horacio queda indisolublemente unido a él, llegando a ser uno de los principales protagonistas de este histórico proyecto, ocupándose de la infraestructura. Horacio fue el que buscó, llevó a cabo el trámite de la compra de los terrenos de Pilcaniyeu para montar la planta y abrió los primeros caminos en ese paraje.
Horacio fue un compañero de ruta de Varotto en las primeras incursiones internacionales cuando INVAP salió a jugarse con la exportación de tecnología nuclear. En 1983 cuando Castro Madero anunciaba la obtención de uranio enriquecido, Horacio y Varotto salían para China. Luego vino el negocio frustrado del CAREM con Turquía. En 1984 comienzan las negociaciones con Argelia y en 1986, Egipto. Horacio jugó un papel importantísimo en la dura negociación que INVAP tuvo que afrontar con los iraníes luego de la cancelación de los contratos con Irán en diciembre de 1991. Vinculado a este episodio Horacio tuvo una intervención crítica que salvó a INVAP: cuando un medio publicó expresiones muy críticas atribuidas a Cacho Otheguy, a raíz de esa decisión del gobierno argentino, el canciller pidió al presidente de CNEA que echara al Gerente Ejecutivo de INVAP. Fue Osuna el que en esas circunstancias asumió la delicada tarea de lograr que cancillería retirara el pedido.
Esta no es una biografía de Horacio Osuna, sólo un recuerdo sentido y agradecido por lo que él hizo por nuestro país. Hasta siempre Horacio.
Mario A. J. Mariscotti - 29 setiembre de 2023