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PRESENTACIÓN DEL TEMA
Escrito por Miguel Ángel Blesa
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LOS DIQUES DE COLA
Escrito por Roberto Sarudiansky
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ACCIDENTES AMBIENTALES EN MINERÍA
Escrito por Miguel Ángel Blesa
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MINERÍA EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
Escrito por Roberto Sarudiansky y Hugo Nielson
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PRESENTACIÓN DEL TEMA

Miguel Ángel Blesa
Gerencia de Química, Comisión Nacional de Energía Atómica
Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental, Universidad Nacional de San Martín
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas


La explotación de minerales se remonta al origen mismo de nuestro país. Su mismo nombre actual, Argentina, deriva de argentum, plata en latín, y refleja las expectativas de los primeros conquistadores que observaron el uso de ornamentos de plata por los nativos.

El río de la Plata recibió ese nombre porque por allí pasaban los envíos de plata del Potosí hacia la Metrópolis (España). Es Miguel del Barco Centenera quien primero usa el término Argentina en 1602, en su poema histórico La Argentina o la Conquista del Río de la Plata1, donde dice:


(Juan Díaz de Solís)...entró el río arriba con desmanes,
hasta que ya el postrero le venía,
en que su alma del cuerpo se desata,
poniendo al Paraná nombre del Plata.

No fue sin causa, creo, de secreto,
y señal de misterio y buen agüero.
Aunque es así que todo está sujeto
al alto, divino juicio verdadero,
y aunque usó este nombre por respeto,
que vido cierta plata allí primero,
yo entiendo que ha de haber grande tesoro
algún tiempo de plata allí y de oro.

Es más, en las épocas en que Buenos Aires era una pequeña aldea, los territorios del Alto Perú, hoy Bolivia, eran el escenario del gran descubrimiento de las minas de plata de Potosí, aproximadamente en 1544. Según Hugo Boero Rojo, la plata de Potosí financió todas las guerras de España, y creó el clima económico que hizo posible que el período del Renacimiento alcanzara el empuje y brillo que tuvo2. Es más, dicha explotación minera requirió del establecimiento de la institución de la mita, que determinaba prácticamente la esclavitud de los nativos para poder explotar la mina. La importancia de la explotación de las minas de plata de Potosí queda en evidencia con los datos del censo de 1611, según el cual la Villa Imperial de Carlos V (Potosí) contaba con 120.000 habitantes entre españoles, indios, negros y forasteros, cuando ciudades como Buenos Aires o New York, no llegaban a los 10.000 habitantes.

La contaminación minera ya reconoce antecedentes en la época. Dice Nicolás del Techo, en su Historia de la Provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús, en 1611, precisamente en su discusión del origen del nombre del río de la Plata:

"...no falta quien afirme que desaguan en el Paraná muchos ríos nacidos en el Perú, donde se extrae la plata, suelen arrastrar pedazos de escoria, tanto que, según cálculos, el Pilcomayo y el Tarapay, desde que se empezó á explotar el Potosí hasta el año 1611, habían acarreado mineral por valor de cuarenta millones; el mercurio que llevan dichos ríos, procede del empleado en labrar la plata, y es tanto, que envenena sus aguas por largo trecho y no crían peces..."3

Y el tiempo transcurre, pero algunos problemas parecen eternos: entre el 29 de agosto y el 1º de septiembre de 1996, se rompió el dique de colas de la mina de Porco, a 45 km de Potosí. Porco fue un centro minero preincaico y posteriormente de explotación incaica, y continúa en explotación hasta la fecha. La ruptura del dique de colas produjo el derrame de alrededor de 235.000 m3 de aguas y lodos residuales al río Agua de Castilla, afluente del río Pilcomayo. El episodio fue catalogado como desastre mayor.4

Si bien en nuestro imaginario la Argentina es esencialmente un país agrícola-ganadero, en los últimos 20 años ha desembarcado en la Argentina la gran minería, la misma que fue el motor de Chile, para explotar yacimientos en la zona cordillerana. El primer gran emprendimiento, la explotación de los yacimientos de Bajo de la Alumbrera en la Provincia de Catamarca, ya está generando una encendida polémica, muchas veces teñida más por la pasión que por la razón. Es pues oportuno intentar, hasta donde ello sea posible, un análisis desapasionado de las ventajas y desventajas de la gran minería. Para ello, hemos pedido a Hugo Nielson y Roberto Sarudianski una descripción de la minería en Argentina en 2010. Ese trabajo se presenta a continuación.

Dicha descripción objetiva puede servir de base para analizar la conveniencia o no de encarar grandes proyectos mineros. Es necesario sin embargo describir además aspectos de la minería que son cruciales. Por un lado, el uso del recurso agua; si bien es la agricultura la que consume por lejos la mayor cantidad de agua, la minería suele llevarse a cabo en zonas áridas, con baja disponibilidad del recurso. El tema Agua y Ambiente posee entidad suficiente como para generar otra serie en esta misma sección de Grandes Temas Ambientales. En esta serie de Minería y Ambiente sólo discutimos un tema de importancia en la gestión del agua en minería: los diques de cola, en el artículo de Roberto Sarudiansky.

El tercer aspecto que requiere también información, es la realidad sobre contaminación y grandes accidentes mineros. El tercer artículo recorre ejemplos de accidentes ambientales en minería, con fuerte impacto sobre la población. El tema del uso del cianuro en minería es discutido en un artículo de la revista Ciencia e Investigación, también disponible en esta página: Historia Natural y Cultural del Cianuro, CeI 62(1), 21-41 (2012).

El análisis sobre la conveniencia o no de encarar grandes proyectos mineros debe partir del conocimiento acabado de la tecnología, pero debe incorporar además elementos de las ciencias sociales. Un reciente estudio del impacto de la gran minería en Perú5 es bastante crítico de la misma. Anthony J. Bebbington y Jeffrey T. Bury analizan la relación entre el desarrollo de la minería y la sostenibilidad para señalar tres aspectos fundamentales a tener en cuenta en la regulación de la actividad minera:

a) Deben mejorarse tanto la sostenibilidad de los proyectos como las instituciones de gestión, si se desea que realmente se logre un crecimiento basado en el aprovechamiento de los recursos;

b) Donde hay asimetrías de poder, los conflictos sociales son frecuentemente el catalizador para construir instituciones que puedan albergar una gestión más sostenible de los recursos naturales;

c) Las instituciones de gestión de los recursos que permiten la participación local tienen mejores posibilidades de éxito que las instituciones impuestas desde afuera.

Hace ya un tiempo, en los albores del conflicto ambiental por la papelera de Botnia, organizamos desde la Universidad Nacional de San Martín un Foro Académico para discutir el tema. Los resultados se dieron a conocer en conferencia de prensa con el entonces Ministro de Educación Daniel Filmus. Allí decíamos:

...(un) grave problema es... el ejercicio directo que se está haciendo de la democracia cada vez que hay un problema de envergadura. Cuando los involucrados, perjudicados, salen a la calle a manifestarse, a cortar rutas o lo que fuere. Eso es una señal de alarma muy grave para nuestra sociedad. Creo que ese es el foco central del problema que estamos teniendo acá y que va mucho más allá de lo que son las papeleras. Porque deberíamos estar razonablemente tranquilos de que se van a controlar las papeleras. Pero, ¿quién puede asegurar eso?

Queda claro que los temas que plantean Bebbington y Bury son relevantes para toda actividad productiva, no sólo la minería, especialmente cuando la misma es encarada por grandes compañías. Ante este problema, hay dos posibles estrategias: (1) Frenamos los emprendimientos que no podemos controlar; (2) Desarrollamos mecanismos serios y transparentes de evaluación previa y de control operativo.

Además de la confianza en las instituciones de gestión, una minería que contribuya al desarrollo sostenible no puede obviar la obtención de la licencia social. Muchos de los conflictos a los que estamos cada vez más acostumbrados reflejan la poca experiencia en la resolución previa y consensuada de las pautas de operación minera. Nosotros no elaboraremos estos aspectos tan cruciales, en parte por desconocimiento de la información socio-económica requerida para una evaluación seria de las relaciones coste-beneficio, y en parte porque en este tema nadie puede arrogarse el derecho de pontificar. El debate, el disenso previo y el eventual consenso son las etapas a recorrer en cualquier proyecto de emprendimiento productivo, minero o de otro tipo.



1. Martín del barco Centenera, La Argentina o la Conquista del Río de la Plata (1602). Ver

2. Hugo Boero Rojo - Bolivia Mágica - Tomo III - Ch 2, Quinta Parte - Los recursos minerales en la historia de Bolivia - §2, La gran minería colonial de la plata en Potosí y la depreciación de la sociedad indígena. Ver

3. Nicolás del Techo, Historia de la Provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús, Tomo II, Libro Quinto, Capítulo III. La Biblioteca Virtual de Paraguay ofrece el texto. Agradezco al Dr. E.O. Lavilla esta referencia.

4. E.O. Lavilla y C. Butí, El río Pilcomayo en Misión La Paz (Salta, Argentina). Informe de la Delegación Argentina de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del río Pilcomayo (1999).

5. A. J. Bebbington y J. T. Bury Institutional challenges for mining and sustainability in Peru, Proc. Nat. Acad Sci. USA vol 106, págs 17296-17301 (2009).